martes, 7 de diciembre de 2010

Asado radical a la jarilla, con papas fritas



Tiempo estimado de preparación: 10/15 años.
Tiempo estimado del procedimiento: 2 días.
Tiempo estimado de cocción: 1 hora.
Grado de dificultad: mediano

1) Preparación:
Poséase una propiedad implantada con nogales bajo riego. Es importante que la misma cuente con un subsuelo con napas de piedra caliza que asegure la porosidad extrema que impida el normal desenvolvimiento de la irrigación. Cuando el plantío se encuentre en plena producción, abandónese por las mencionadas dificultades y otras que le presente a usted la vida y la economía del país que habita. Muy importante: favorézcase, mediante omisión de precauciones y tratamiento el ingreso de tunduques y hormigas leñadoras al predio. Déjese secar a los nogales por un plazo mínimo de una década.
Cuando los ejemplares se encuentren resecos, córtelos, mediante hacha o motosierra a unos veinte centímetros del suelo. Déjese los tocones así obtenidos un año más a la resolana y la ventolera.
2) Procedimiento:
Acérquese a su proveedor habitual de carnes. Pídale que le sugiera un corte. Ante las posibles recomendaciones, déjelo que él escoja por usted. Reciba a precio de oro el “asado del carnicero” que el sujeto le brinde. Compre un kilo de papas en el camino de vuelta a su casa.
Deje reposar la carne una noche. Es vital que usted elija como tarea urgente caminar hasta el predio de los nogales y tentarse con juntar algunas ramas secas, colocarlas sobre uno de los tocones elaborados en el paso 1, y encender una fogata. Deje que la naturaleza del fuego haga su cometido. Retírese. Mientras, sofoque la ilusión y ocúpese de pensar en usted mismo y en su familia. En las cosas menores y mayores que usted afronta de cara a la realidad de todos los días.
Cene liviano, bébase una copa de vino, relájese. Antes de dormir, salga a orinar al sereno y admire como la brasa del nogal marca un hito rojo en la oscuridad. Descanse.
Levántese temprano y haga las tareas propias de un hombre habituado a lidiar con las incomodidades y ventajas de vivir en una zona rural. Cuando el sol haga insoportable la permanencia bajo sus rayos, mediando la mañana, recorra el predio y descubra los efectos de la combustión sobre la madera de nogal. Si ha hecho las cosas tal como se prevén en las presentes instrucciones, usted se encontrará con un hoyo de aproximadamente cuarenta centímetros de diámetro y sesenta centímetros de profundidad, donde aún se queman los restos radicales del árbol. Compruebe con la palma de la mano la emanación de calor. Si aguanta treinta segundos sin escaldarse, nuestra hornalla natural está a punto. Coloque encima una parrilla limpia, que asiente en por lo menos tres patas.


3) Cocción:
Sazone la carne con sal entrefina y móntela sobre la parrilla. Procúrese unas diez ramas chicas de jarilla florecida, acérquelas a la zona de trabajo y vaya introduciéndolas en el hueco térmico, poco a poco. Déjese ahumar usted también. Es importante estar munido para estos menesteres de un tenedor, un cuchillo, un sombrero de paja y un palo para persuadir a los canes sobre la inconveniencia de acercarse al preparado. Pídale a alguien de su confianza que pele, corte y frite las papas con el agregado de un diente de ajo.
Siéntese a vigilar la cocción en la sombra más cercana, a no más de diez metros. Puede leer para pasar el tiempo. Permita a un aprendiz no demasiado charlatán que se siente a su lado. Cada tanto levante la vista del libro y piense en las bondades del verano. Haga planes para el futuro cercano con el método tormenta de ideas, a fin de no extenuarse, ni cargarse de presión.


Pasados veinte minutos, voltee el asado y agregue jarilla. Guarézcase del sol inmediatamente. A los treinta y cinco minutos aproximadamente, tratando de no perder de vista su tarea, escancie un dedo, vertical, de vino tinto en su copa. Se sugiere no beber cerveza, ni bebidas de menor nobleza y mayor frescura, debido a que estas se apuran con más celeridad y pueden estropear sus capacidades sensoriales y de monitoreo y evaluación de procesos. Beba, entonces, a sorbos, entrecerrando los ojos para captar la significación de su tarea. A los cincuenta y cinco minutos pida que se ponga la mesa y se termine de aliñar la ensalada. Dé vuelta el asado para calentar el lado superficial de la carne.
A los sesenta minutos con una tolerancia de cinco, el asado del carnicero estará a punto. Grite: “A comer”, por las dudas que una persona de su familia se encuentre distraída u ocupada. Exíjale que deje inmediatamente de permanecer en esa conducta.
Aparezca ante los comensales con cara de suficiencia, corte con presteza, sirva con unción, coma con sabiduría, beba con amor.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Poli, qué grande va a ser juntarme con vos, a más tardar en enero del '11 y tomarnos un vinito y comernos un asadito. Ambos (el vino y el asadito: sencillos sin grandes manifestaciones).
Te voy a llamar cuando vayamos a San Rafael. Un abrazo. Me encantó el asado radical. Aunque te confieso que cuando leí el título me asusté un poco. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Hola! Es Usted hermano de Ñanuñán Sáez? Soy un periodista de Mendoza y me gustaría escribir acerca de su caso. Mi nombre es Rolando López (diario Los Andes). Tel 0261 4499074. Mail rlopez@losandes.com.ar

indiatuel dijo...

hola Poli, como siempre, tenés ese encanto en la pluma que hacés posible que con lo cotidiano de los días lo hacés volar a uno. Hermoso el relato, gracias.