sábado, 18 de mayo de 2013

Para Carmelo



 En un mundo en que hubiera justicia, a este señor se le debería otorgar el título de Sabio, diplomado en la Universidad de la Vida, con las más altas calificaciones en Saber Ser, Saber Estar y Saber Hacer. A su paso, los seres humanos, deberían hacer una reverencia y dispensarle honores y dignidades por mejorar la calidad de vida de la gente. Haciendo vino, hace otra cosa, más compleja, más trascendente. Pone en juego su alma, transmuta la materia hacia su mejor estado. En esa alquimia convierte cada copa en ramos de flores, frutos, caricias de la tierra, nostalgias del paraíso. Su vino es él: comunica, alegra, emociona, acompaña, amiga. Haciendo vino se ha ido haciendo él sin olvidar quién es, de donde viene, adónde va. Se asombra de ser un mito, de que gente de todo el mundo lo reconozca, lo alabe. Se le aniñan los ojos por saber que sus vinos son universales y que atraviesan el tiempo y la distancia. De su ética de vida nace la estética de su trabajo. Para mí es un galón conocerlo y disfrutar de su persona y de lo que hace. 
Carmelo Patti trabaja sobre la realidad y consigue un sueño. 
No es poco. Es todo

3 comentarios:

indiatuel dijo...

que homenaje a éste Señor de la uva.
me ha entrado ganas de gustar de las magias que crea y de conocerlo sino en persona, através de lo que hace.
Muy lindo tu relato.

camorra dijo...

Poly, respetado amigo, te confieso las irreverentes palabras queme surgieron enla soledad de mi habitación cuando terminé de leer este breve cuangeniunoa texto: ¡qué bueno que es este hijue'puta..!!
Con los debidos respetos,obviamente
(camoora es mi nom de guerre)
Salú. Ya iré a verlo cuando ande por su zona

Pablo dijo...

Excelente texto. Lo pinta tal cual es Don Carmelo Patti. Tuve el placer de conocerlo en Rosario, degustando sus vinos, y a su invitación, fuimos a su bodega, para escuchar y aprender todo lo que tiene para compartir.
Un sabio de la vida, que solo quiere que sepamos.
Me dijo algo que me hizo entender la pasión que tiene por lo que hace. Me dijo: Cada una de estas botellas de vino tiene la atención, empeño, cuidado y trabajo que se merecen. Imaginate, en ellas pongo mi nombre y apellido.
Es un grande que debe ser reconocido como tal. Un grande Don Carmelo.